Había que levantarse temprano para disfrutar de la playa en ese buen día. Nos fuimos a la famosa playa de La Concha para disfrutar de esa maravillosa arena fina, de las elegantes farolas y barandillas, de las vistas de la Isla de Santa Clara y de los montes Urgull e Igueldo. Algunos hasta se bañaron porque el agua estaba a una temperatura estupenda, yo me quedé con las ganas, pero por falta de tiempo no pudo ser, lo dejo para otro año ;).
Casi directos nos fuimos al Kursaal para ver una película (las pelis serán comentadas en un post aparte :P) y de nuevo a comer pintxos, bocatas. En esta ocasión, la tarde la dejamos para andar, pies en agua (algunos cogieron bicis), por el paseo que bordea la bahía, por la playa de la Concha y Ondarreta hasta llegar al Peine de los Vientos, esculturas elaboradas por Eduardo Chillida y convertidas en otro de los símbolos de la ciudad. Espectacular conjunto paisajístico. Agua, viento, rocas, nos hicieron volar! jajaja.
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