QUE NO HAYA NAVIDAD SIN NIEVE...

Hacía muchísimo tiempo que no iba a Sierra Nevada, nuestra sierra. Parece mentira, teniéndola tan cerca como pueden suceder estas cosas... pero es lo que pasa, cuando estás siempre en la misma ciudad, no te planteas visitar los diferentes y encantadores lugares, porque siempre están ahí. Es un error, pero empezaremos a corregirlo.

Elegimos un buen día, porque el día anterior hubo una gran nevada y cuando llegamos a Pradollano todo estaba blanquito!!! Además nos hizo un sol increíble, lo que originó que parte de la nieve a lo largo del día se derritiera, aunque esto no quiere decir que hiciera menos frío! Y menos a unos 2800 metros en Borreguiles!!

No sé porque me gusta tanto la nieve. Me genera nostalgia y una sonrisa. Será que me recuerda a mi infancia, donde disfrutaba haciendo muñecos de nieve y tirando bolas a todo el mundo. Me genera tranquilidad y una sensación de tener que dar un abrazo, quizá porque la asoció a la Navidad y a la familia en casa.

¡Qué bonito es ver nevar! Es lo que nos faltó ese día.