Mañana es el día de Reyes, espero que os traigan un montón de cosas...
El roscón es el dulce que no debe faltar en este día, aunque no tiene nada que ver con los Reyes Magos. Hay varias historias...
Una de ellas cuenta que el pueblo romano para adorar al dios Saturno organizaba fiestas donde elaboraban tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel y se repartía por igual entre plebeyos y esclavos. En el siglo III, se introdujo dentro del dulce el haba seca y el afortunado al que le tocara era tratado como un rey durante un corto periodo de tiempo que se establecía previamente (por ejemplo el resto del día).
Otra historia cuenta que el mayor promotor de este dulce fue Luis XV. Su cocinero de la Corte quiso agasajar al monarca el día de Reyes con un roscón tradicional de su tierra, pero con sorpresa en su interior: un medallón de diamantes. Luis XV quedó encantado con el invento (no me extraña) y se dedicó a propagarlo entre la aristocracia francesa y europea, pero con una moneda en su interior como sorpresa. Así fue como a lo largo del siglo XVIII llegaría a España donde recibió una excelente acogida.
En la actualidad, las sorpresas suelen ser una haba, pero ya se perdió el significado bueno, y si te toca deberás invitar el siguiente año al típico roscón; y una figurita, normalmente un rey, que te proporcionará suerte durante todo el año.
El roscón debe ser esponjoso y tierno. Se hace con harina, levadura, leche, huevos, agua de azahar, margarina, azúcar y sal principalmente, aunque se pueden añadir otros ingredientes, como el anís. Para la decoración y aromatización se usa naranja natural con piel, ralladuras de limón, frutas confitadas, azúcar glasé y almendras laminadas. Dicen que la fruta confitada, de color rojo y verde, es el símbolo que representa las gemas y esmeraldas que los Reyes de Oriente llevaban en sus túnicas. Hay que decir que el clásico es sin relleno o relleno con nata pero que con el tiempo van surgiendo cada vez más y más variedades: de crema, de chocolate...
El roscón es el dulce que no debe faltar en este día, aunque no tiene nada que ver con los Reyes Magos. Hay varias historias...
Una de ellas cuenta que el pueblo romano para adorar al dios Saturno organizaba fiestas donde elaboraban tortas redondas hechas con higos, dátiles y miel y se repartía por igual entre plebeyos y esclavos. En el siglo III, se introdujo dentro del dulce el haba seca y el afortunado al que le tocara era tratado como un rey durante un corto periodo de tiempo que se establecía previamente (por ejemplo el resto del día).
Otra historia cuenta que el mayor promotor de este dulce fue Luis XV. Su cocinero de la Corte quiso agasajar al monarca el día de Reyes con un roscón tradicional de su tierra, pero con sorpresa en su interior: un medallón de diamantes. Luis XV quedó encantado con el invento (no me extraña) y se dedicó a propagarlo entre la aristocracia francesa y europea, pero con una moneda en su interior como sorpresa. Así fue como a lo largo del siglo XVIII llegaría a España donde recibió una excelente acogida.
En la actualidad, las sorpresas suelen ser una haba, pero ya se perdió el significado bueno, y si te toca deberás invitar el siguiente año al típico roscón; y una figurita, normalmente un rey, que te proporcionará suerte durante todo el año.
El roscón debe ser esponjoso y tierno. Se hace con harina, levadura, leche, huevos, agua de azahar, margarina, azúcar y sal principalmente, aunque se pueden añadir otros ingredientes, como el anís. Para la decoración y aromatización se usa naranja natural con piel, ralladuras de limón, frutas confitadas, azúcar glasé y almendras laminadas. Dicen que la fruta confitada, de color rojo y verde, es el símbolo que representa las gemas y esmeraldas que los Reyes de Oriente llevaban en sus túnicas. Hay que decir que el clásico es sin relleno o relleno con nata pero que con el tiempo van surgiendo cada vez más y más variedades: de crema, de chocolate...
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